viernes, 10 de febrero de 2017

Perseguir.











I











Ir a perseguir amaneceres y atardeceres, ríos y cascadas, luces entre el bosque, risas compartidas, delicias, aventuras y letras escondidas, historias contadas al paso, poesía soplada por el viento, olores, sabores, vida.



T.

Espuma de mar.




















Me canse de ir en contra, así que deje que el mar me escupiera a su orilla, me sacudí la arena, el cabello y el orgullo de la cara y tras escupir las lagrimas saladas me senté y enterré los pies cual avestruz que entierra su cabeza o guerrero que entierra sus pasos con fuerza y certeza. No lo sabía. Los dos eran lo mismo para mi aquél día. Solo miraba. La espuma blanca crecía y se desvanecía tan fácil como iba y venia, entrada y salida de ese mar que rompía a mis pies. Lleno y solitario, derramado y vacío. Que solo me dejaba observarlo y yo buscaba aprender como hacerlo. Me hizo prometer que abrazaría todo lo que él hasta mis pies dejaría y que cuando finalmente lo hiciera, secaría la sal, me dejaría nadar y me llevaría a encontrar todo lo que en el fondo solo por mi esperará.


T.